Montevideo de noche.

Viento sur en uruguay. Posiblemente el mismo que les llegará a ustedes en unas horas, o más.
Cruzar fronteras nacionales tiene ese no se que de saber que uno está lejos de casa. Te sentás en la infinitud de una playa y te sentis aisaldo, aisalmiento de lo cotidiano. El mundo es tan grande como injusto.

Desde el avión, córdoba era una pequeñez. Tan chiquita que podías verla (desde villa allende hasta barrio jardin) en unos pocos centímetros. Eso que el A4 demora dos horas, ahora lo veía en un parpadeo.

Ese bloquecito de 2x2cm (Córdoba) se multiplicaba por miles y miles hasta donde la vista se pierde y el aire se hace azul sólido.
Ahí, uno se da cuenta de la inmensidad;
de la ignorancia de vivir solo en un pueblo;
de lo absurdo ser sedentario;
de lo banal de las costumbres;
y de que "culiau" y "La luciernaga" ya no quiere decir nada despues de los 4cm hacia cualquier lado.

Dos centímetros cuadrados. Ahi vivimos, ahi crecemos y morimos. Para transgredirlo, las opciones son cuatro: N S E y O, esa exrtraña costumbre del hombre, de simplificar todo en pocos numeros o letras.

Que horror será el exilio. No me lo deseo, ni a nadie. la cuestion depende de la voluntad, creo. No me gusta hablar de cosas que no viví.
Estar lejos de casa es como estar borracho inconciente por varios dias.
Vover es otra cosa.
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Ademas del viento sur está madre y su casa, su nueva casa. Ver que se iba es una cosa, llegar y encontrarte con que tiene una vida acá es otra.
Es como que... no se.
Visto desde cba, ella estaba de viaje. Visto desde acá, está en otro país, está viviendo en otra sociedad, tiene otra vida, tiene otra casa, conoce un quiosquero que yo no, y i nombre no figura en el resgistro de su videoclub.
Es duro.

Es propio del buen macho argento, que te duela que la vieja se indepndice. Es muy propio...
A los diesiseis años me dejó de dar vergurnza querer a mi vieja. Hoy lo digo: "Madre te quiero, te extraño y me duele una putada el hecho de que no estes en casa" Pero está bien. Se aprende a los golpes.
Sin otro particular, dejo saludos Uruguayos a todos, ojalá esta vez alguien lea, creo que es la primera vez que me importa y lo necesito.
A modo de postdata, les dejo una foto desde el balcon de madre. Sí, esa foto que está arriba.
Chau.

3 comentarios:

Ayelén S. dijo...

Ser consciente y crecer, siempre es duro... como un golpe así que no lo ves y sólo lo sentís...
La analogía del avión y las ciudades es propia de este tipo de cabezas que todo lo asociamos con todo y es cuanto más pesa y cuanto más se siente... Que raro se debe sentir, pero es crecer.
Disfrutá los mates con madre y Jaime Ross. Desde aqui un abrazo grande.

--LaiN-- dijo...

Dejar de aferrarse, y darse cuenta q somos tan pequeños pero con un mundo por dentro tan graande, hace q por fin podamos saltar, ir de los extremos a lo mas sercano,
poder sentir q uno va liviano sin tantas casas sobre su espalda e inundada la cabeza de imagenes q nunca pasaron.
No me creo irresponsable.

Es un lindo aprendisaje esto de vivir tutu, t am0o muchi0o0o con chocolates o sin ...

Anónimo dijo...

Bue!! Yo tengo q estudiar Histología como un culiao y de repente me pongo a leer tooodo tu blog y ensima me sensibilizo como buen "macho argento" q soy...es cierto q debe ser duro, y aunque desconozco eso, creo q me sensibilizó porque parece que estoy esperando tener esa misma experiencia o tener el cajón de madre al frente para demostrarle
que a mi tampoco me da vergüenza quererla....(catarsis?...ve!)

LA GORDA FACU

PD: algun día voy a aprender a poner mi cara y hacer que aparezca mi nombre antes del comentario...por el momento firmo a la antigüa